Un mercado medieval es siempre una buena ocasión para sacar fotos un poco más diferentes de las que tenemos a mano a diario. Por eso, y porque siempre son divertidos, nos animamos a a cercarnos a la bonita localidad de Artziniega para ver su mercado medieval, o como ellos dicen, el mercado de antaño.
Fotográficamente hablando me propuse un pequeño reto que realmente me ha servido de mucho: hacer todas las fotos del dia con el objetivo de 50mm en manual. Dos conclusiones rápidas. la primera: tengo tendencia a subexponer las fotos y la segunda, cuanto más uso este objetivo más me gusta.
Aunque habitualmente el mercado se celebra el primer domingo de septiembre, este año Artziniega se convirtió en villa medieval el último fin de semana de agosto. el domingo pasado, el casco antiguo de esta localidad recreó por un día el ambiente típico de los mercados de la Edad Media.
Esta festividad pretende recordar, entre otras cosas, el papel que jugó Artziniega en el comercio. Así, el casco histórico de la villa se llena de puestos de sidreros, panaderos, carpinteros, ceramistas, morcilleros y artesanos, ataviados con los ropajes de aquellos tiempos.
El resultado final es una perfecta combinación entre un amplio abanico de actividades ligadas a la época y un conjunto monumental que transporta al visitante varios siglos atrás. Además, magos, malabaristas, saltimbanquis, caballeros y damas, zancos, tamborileros o cuenta cuentos también nos acompañaron por las callejas medievales.
Lo pasamos estupendamente. Comimos rosquillas artesanas, los pekes se pintaron las caras, vieron el teatrillo de marionetas, y la animación durante todo el recorrido del mercado estuvo muy lograda.
Eneko Garcia Ureta | Fotografía 
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